Los tres mosqueteros: III. Los mosqueteros del rey y los guardias del señor cardenal

 
 
LOS TRES MOSQUETEROS:
III. LOS MOSQUETEROS DEL REY Y LOS GUARDIAS DEL SEÑOR CARDENAL
 
 
A Gaëlle,
por empezarlo todo hace seis años
 
 
Los tres mosqueteros es una novela histórica. No sé si alguna vez os ha pasado, pero cuando lees una novela histórica no sabes qué personajes existieron y cuales son de ficción, o cómo eran de verdad los reales. De esto y de otras cosas trata este capítulo.
 
Dumas (como nos cuenta en el prefacio de Los tres mosqueteros) escribió una obra llamada Luis XIV y su siglo. Ésta le sirvió como punto de partida para escribir una novela sobre la época. Cuando investigaba para esa obra, dio por casualidad con un libro: Memorias del señor D´Artagnan, de Gatien de Courtliz de Sandras, publicada en 1700. Y éste es el germen de la novela. Dumas (y seguro que Maquet también) se dieron cuenta de las enormes posibilidades de estas memorias, que contaban como este aspirante a mosquetero conocía al señor Tréville, capitán de los mosqueteros del rey, y se hacía amigo de los hermanos Athos, Porthos y Aramis, todo ello enmarcado en el reinado de Luis XIII, Ana de Austria y Richelieu. Luego en el prefacio también cita a las Memorias del señor conde de La Fère, referentes a algunos sucesos que pasaron en Francia hacia finales del reinado del rey Luis XIII y el comienzo del reinado de Luis XIV, éstas, probablemente, falsas e inventadas por Dumas para justificar la veracidad de su novela.
 
La época estaba clara, lo que faltaba era incluir acontecimientos históricos ciertos para darle credibilidad. Y estos fueron: el robo de los herretes de diamantes al Duque de Buckingham (estos fueron un regalo que Luis XIII le hizo a su esposa Ana de Austria, y que ésta regaló dos al Duque), el sitio de La Rochelle (ciudad costera del oeste de Francia, último fortín de los hugonotes -los protestantes franceses-, porque no olvidemos que estamos en la época de las guerras de religión) y un asesinato que ocurrió el 23 de agosto de 1628 (no voy a desvelar quién fue ni a quién mataron). Con todo esto, estaba claro que la novela transcurriría entre 1625 (como dice en el primer capítulo) y 1628. Ahora quedaba crear a los personajes.
 
 
 
Richelieu en el sitio de La Rochelle,
por Henri Motte
  
Ese señor D´Artagnan del que tratan las memorias que escribió Gatien de Courtliz de Sandras, se llamaba Charles de Batz-Castelmore, conde de Artagnan. Por lo que D´Artagnan existió en la realidad, pero no vivió durante la época de Richelieu, sino durante la de Mazarino, el cardenal que sustituyó a Richelieu como ministro. Murió durante el sitio de Maastrich en 1673, cuando iba a recibir el mando de mariscal (al igual que su homónimo literario).
 
 
 
 
Gatien Courtliz de Sandras
 
 
En estas memorias aparecen unos hermanos: Athos, Porthos y Aramis, pero que en la novela no lo son. Estos son nombres de guerra, algo así como motes, pero tenían sus nombres verdaderos, porque también existieron. Athos se llamba Armand de Sillegue, señor de Athos (no era conde de La Fère, como pone en la novela). Murió en un duelo antes de que D´Artagnan ingresara en los mosqueteros. Aramis se llamaba Henri de Aramitz, escudero y abate laico en la senescalía de Oloron. Se enroló en 1640 en los mosqueteros que mandaba su tío (estos personajes son todos posteriores a la época en que transculle la novela). Murió retirado en sus tierras con su mujer y cuatro hijos. Porthos era Isaac de Portau e ingresó en los mosqueteros en 1643, por lo que debió de conocer a Aramis.
 
Los villanos también fueron "retocados". Milady era la condesa de Carlille, que le robó dos herretes de diamantes a Buckingham. Era agente de Richelieu y no llevaba una flor de lis en el hombro (la marca del verdugo). Es citada por La Rochefoucauld en sus Memorias. Rochefort se llamaba Rosnas y tomaron el nombre de las Memorias del conde de Rochefort.
 
Pasemos a los personajes regios. Ana de Austria era hija de Felipe III de España y se casó con el futuro rey de Francia Luis XIII a los catorce años. A pesar de dominar el francés, se obstinaba en hablar castellano con las damas de su séquito y en mantener las costumbres y usos de España, como una piedad extrema. En esto coincidía con su esposo, pero Luis XIII era de escasa salud, carecía de poder de seducción y tendía a la misantropía. Además desconfiaba de su esposa, era malhumorado y, para más inri, mantenía otras relaciones con Madame de La Fayatte y con dos hombres: Charles-Albert de Luynes y el marqués de Cinq-Mars. Luis tuvo que ser empujado por uno de estos favoritos al lecho para que el matrimonio fuera válido. Esto debió frustar mucho a Ana, una mujer atractiva, de cabello rubio, ojos claros y cuerpo exuberante, lo que hizo que buscara otros amores. Y uno de ellos fue George Villiers, I duque de Buckingham. Se sabe que entre ellos había una cierta atracción, pero se cree que nunca pasó a mayores, a pesar de que el duque dijese que estaba "absolutamente enamorado de la reina". Y es cierto un episodio que se cita en la novela, en el que el duque intentó propasarse con la reina en el jardían del palacio. Así la madre de Luis XIII y antigua regente, María de Médicis, acortó la estancia del duque en Francia (esto no aparece en la novela). Así, Ana se retiró a su castillo de Val-de-Grâce, pues las relaciones con su marido no eran nada buenas.
 
 
 
    Luis XIII, por Champaigne (Museo del Prado)                      Ana de Austria, por Rubens
 
 
 
 
 
 
George Villiers, I duque de Buckingham,
por Rubens (Galería Palatina, Florencia)
 
 
 
 
Richelieu es otro cosa. Armand Jean du Plessis, cardenal de Richelieu era un viejo conocido en la corte. Durante la regencia de María de Médicis, mientras duraba la minoría de edad del futuro Luis XIII, fue consejero de la regente. Llegado Luis al trono, fue ganándose la confianza del monarca, hasta que le nombró ministro. Luis comprendió que Richelieu era el único que podía garantizarle el poder restablecer a la monarquía francesa como potencia hegemónica en Europa.
 
 
 
 
El cardenal Richelieu, por Champaige (Museo del Louvre)
 
 
 
Richelieu tuvó muchos enemigos, siendo los principales Ana de Austria, María de Médicis y el hermano del rey. Aunque como él decía: "no tengo más enemigos que los del Estado". A pesar de todo esto, fue un grandísimo ministro que preparó el terreno par que triunfase el absolutismo con el hijo de Luis XIII, Luis XIV. E inclinó la balanza internacional ante Francia, frente a una debilitada España. Fue una época de pérdida de libertad e independencia, que quedaron sepultadas bajo la Razón de Estado.
 
 
María de Médicis, por Rubens (Museo del Prado)
 
Ayudando a Ana de Austria en las conspiraciones contra Richelieu, estaba María de Rohan, madame de Chevreuse, que aparece en la novela bajo varios pseudónimos, como Marie Michon (Dumas siempre le cambia el nombre de pila -otra de sus "gracias"- ). Aunque todo lo que se le atribuye en la novela es ficticio, realmente fue una adversaria digna de tener en cuenta. Richelieu decía de ella: "este espíritu es tan peligroso, que estando fuera del reino puede alterar las cosas de manera imprevisible". Y ella declaraba: "el rey es un idiota y un incapaz, y ese bribón del cardenal un sinverguenza".
 
 
 
María de Rohan, duquesa de Chevreuse como Diana Cazadora,
por Deruet (Palacio de Versalles)
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11 respuestas a Los tres mosqueteros: III. Los mosqueteros del rey y los guardias del señor cardenal

  1. Javier dijo:

    Ha sido interesante esta pequeña lección de historia aplicada a la literatura. Aunque me deja el sabor de boca de que en la corte francesa eran un "poquito" depravados. ¡Nos vemos!Un saludo, Javi.

  2. Ada dijo:

    Me gusta esta forma de aprender 😉 

  3. Joaquín dijo:

     ¡Qué rapidez en contestar! Me alegro de que os haya gustado la entrada. Y sí, Javi, eran unos depravados. Ni te lo imaginas.

  4. Viriato dijo:

          ¡Fantástico, Joaco! Una lección de historia magnífica. Algo debería poder aportar yo, que estudio Historia, pero como no sea sobre política y teoría económica, sociedad, demografía, la Guerra de los Treinta Años u otros asuntos de las guerras de religión, mucho me temo que no tenga nada que decir. Tú sabes más de la Francia absolutista que yo. De hecho, como le dije a Santi, seguro que para ti no ha existido ninguna maldita Revolución de harapientos, ¿eh? Aunque, ahora que caigo… Tienes cierta debilidad por Robespierre, ¿verdad? Qué más da. El caso es que ha sido una buena entrada. Debería intentar hacer yo alguna entrada ensayística de este tipo como las que hacéis tú, Anido y Chalecos. ¿Tú que opinas?  ¿Debería intentarlo? ¿Saldrá algo ameno y didáctico? ¡Nos vemous!

  5. Irene dijo:

    Bueno, pues yo no leí la novela, pero ví "Los mosqueperros". ¿Qué hay de Julieta, la amada de d\’Artagnan? Supongo que aparecerá en la novela, pero ¿existió realmente? ¿Y de qué me suena una tal Constanza Bonacieux? Bueno, a ver si me resuelves las dudas tan bien como has explicado el resto. ¡Chao!

  6. Joaquín dijo:

    Irene siento decepcionarte, pero Julieta no aparece en la novela. Es un personaje inventado de los mosqueperros (si no aparece en las continuaciones, claro). Yo, mientras estaba leyendo, pensaba: "D´Artagnan, deja a la imbécil ésta de Constance (Constance Bonacieux es la chica de la que esta enamorado D´ Artagnan) y busca a Julieta, que seguro que es mejor". Y la buena de Julieta no aparecía.
     
    Si Julieta no existió en la realidad, sí que existió la señora Bonacieux, aunque no se llamaba así. Dumas y Maquet fundieron en ella a tres personajes históricos: Madelaine, una tabernera de la calle Triquetonne, que aparece en las Memorias de Gatien Courtliz de Sandras, y las señoras de Vernet y de Fargis, que pagaron cara su adhesión a Ana de Austria (ojo, todos estos datos los sé porque mi edición tiene unas magníficas notas que me sirvieron de punto de partida para escribir estos artículos).
     
    No me imaginaba que estos artículos iban a tener tan buena acogida, y mucho menos que os iban a parecer didácticos y divertidos. A fin de cuentas, ninguno salvo Viri (que aún no la ha terminado) ha leído la novela. Y tampoco creo que os interesase a priori la vida de Dumas y de la Francia del S. XVII. Y, francamente, no sé tanto. Lo que pasa es que tengo buenos libros de consulta, y os puedo decir que he utilizado bastantes para escribir esto. Pero me ha encantado que os parecieran amenos, porque éste era el fin de por qué los escribí. Además, éste me parecía que podía ser el más rollo por el tema.
     
    Como algunos sabéis, tengo debilidad por el S. XVIII, y no por la Francia Absolutista (tuve que leer mucho para empezar a sacar cosas en limpio, y hacer la historia más asequible y divertida). Y me encanta la Revolución Francesa (no tanto el Imperio Napoleónico), y por supuesto Robespierre, del que me gustaría tener algún libro suyo bueno. Y por supuesto para mí no es una revolución de harapientos, sino una revolución de ricos (como el duque de Orleans) que dirigían a los harapientos. Como fue y será siempre con las revoluciones.
     
    Y no solo te lo digo a ti, Viri, sino a todos. Hacer una entrada ensayística no es tan difícil como lo puede parecer a priori. Eso sí, hace falta tiempo, para leer las cosas y resumirlas, y acabar dándoles forma (vosostros que criticáis tanto que yo no doy forma a mis artículos) para que se hagan más asequibles sin que al final se hagan un coñazo (esto es lo más difícil, sin duda). Tú hablas de David y Anido, pero te olvidas del monografista por excelencia: Alfredo Puy. Él sí que hace verdaderas monografías, y de los temas más diversos, y que para algunos pueden pecar de ser demasiado largas.
     
    Intentarlo es la única forma de saber si será ameno o divertido.

  7. Alfredo dijo:

       Hombre, gracias por tus halagos, pero no creo que sean merecidos. Con todo gracias. ¿Qué quieres que te diga? Han sido unos artículos grandes, por ser centrados cada uno en un aspecto, amenos y tratar de varios temas interrelacionados. No es tanto el placer de crear su forma como la de disfrutarla, ya lo ves. Me quito el sombrero. 

  8. gustavo dijo:

    Acabo de terminar la novela de los tres mosqueteros y realmente se me hizo muy interesante. y te agradesco mucho por haberme aclarado ciertos puntos en los que tenia duadas: uno de ellos fue si realmente existieron tales personajes o simplemente eran ficticios, porque como es historia al go puede ser cierto;  pero al leer el articulo que enviaste, me pude percatar de ciertos aspectos muy importantes que me ayudaron.
    Gracias por tu documento me sirvio de mucho.
    solo tengo una pregunta. no he tenido el placer de comparar la pelicula con el libro ¿Realmente se asemejan o meten o quitan personajes?.
    hasta luego.

  9. Joaquín dijo:

    Hola Gustavo. Gracias por tu comentario. Existen muchas películas de los tres mosqueteros, pero no he visto ninguna lo suficiente como para recomedarte ninguna. De hecho de este tema se han sacado muchas ideas, una de las últimas pelis El mosquetero (bastante mala, por cierto). La más conocida es Los tres mosqueteros de 1948, con Gene Kelly como D´Artagnan y Vincent Price como Richelieu. Otra bastante interesante es El hombre de la máscara de hierro, siguiendo la historia con los mosqueteros ya mayores. Aquí tenemos todo actorazos: Gerard Depardieu, Jeremy Irons, John Malkovich y Leonardo di Caprio. La película es bastante interesante. Un saludo.

  10. sol dijo:

    Hola gustavo, la verdad que tu post ademas e ser interesante, me ayudo mucho con un trabajo practico de historia. Muchas gracias ! despues comento si hay algun error que haya marcado la profesora, nos hablamos!
    saludos, Sol =)

  11. Javier dijo:

    hola todos!!muy buenos los comentarios, soy un fanático de Dumas y de la Francia del siglo XVII y de la Europa de esa epoca

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